El espiritismo implica entender y aceptar la existencia de presencias en nuestro entorno, es decir las almas de aquellas personas que ya partieron pero que siguen entre nosotros y podemos contactar a través de ciertos rituales, que sólo personas que tienen el don pueden hacer. Con estos rituales, lo que queremos es derribar esa barrera entre los vivos y muertos para encontrar respuestas que estemos buscando o reunir personas con familiares ya fallecidos.

Los espiritistas, dominamos todas las herramientas propias de la clarividencia, pero dominamos también (de forma innata) la habilidad de comunicarnos con energías que no forman parte del plano terrenal (donde vivimos nosotros) .La posibilidad de comunicarse con los muertos y con seres astrale, le da al espiritista un nivel muy alto en este mundo del esoterismo.

Aunque a menudo se nos considere «médiums», nuestro trabajo va mucho más allá de eso ya que a veces podemos dejar al espíritu entrar en nosotros y comunicarse a través de nuestro cuerpo . Hay dos tipos de contacto que merecen la pena conocer:

1. Los contactos con personas fallecidas: este contacto suele ser porque un familiar o amigo solicita esta conexión.
2. Los contactos con seres del más allá: en estos casos, los médiums no contactan con espíritus humanos sino que, estaríamos hablando con espíritus malignos o demoníacos.

Un clarividente o un vidente natural es aquella persona que logra ver cosas que los demás no pueden. El clarividente nace con un don de ver con mucha claridad los eventos por venir y ayudarte a encausarte para hacer el bien. No es sólo la capacidad de ver lo que está oculto, si no que va más allá, ya que implica la habilidad de desenmarañar los hilos del espacio-tiempo que nos rodean.